Como introducción para que entendáis un poco la importancia que en la Edad Media tuvo toda la franja fronteriza entre España y Portugal, y en especial desde Badajoz hacia arriba, os explico que constantemente se estaban dando de bofetadas a ambos lados de la frontera romano, moros, cristianos, reyes y nobles de diferentes reinos, por lo que la frontera hispano-lusa danzaba constantemente para adelante y para atrás como el baile de la yenka, dependiendo de quién ganaba la batalla en cada momento. Por tal motivo, a lo largo de la actual frontera encontramos múltiples castillos defensivos y asentamientos medievales, de origen incluso de la Edad de Bronce y romano, los cuales a veces eran tierra portuguesa y otras veces tierra castellana. Aclaremos que España y Portugal no existían tal como los conocemos hoy, sino que los territorios eran reinos y feudos. Consecuentemente, los posos de aquellos avatares son hoy la historia que nos ofrece una riqueza cultural de inmenso valor e interés en todos los aspectos, incluso en el gastronómico.
En este capítulo empezaré por daros algunas pinceladas de la zona este de la “Serra da Estela”, centrándonos en las proximidades de la ciudad de Guarda. En Guarda está el Camping Municipal (frente al polideportivo), desde el que se llega andando la Catedral y al casco antiguo en 10 minutos En la actualidad este camping permanece en la actualidad cerrado por reforma y restauración, por lo que hay que asegurarse de que esté inaugurado antes de ir. Pero como alternativa hay otro camping muy económico, aunque muy rústico, en el pueblecito cercano de Valhelhas llamado “Rossio de Valhelhas” en el que podrás disfrutar de una estupenda playa fluvial en el río Zêzere (afluente del Tajo) de notable belleza paisajística, en especial si vas en verano. También tiene un restaurante de brasas en donde se come sencillo pero bien, si es que te da pereza encenderte tú mismo uno de los muchos parrilleros disponibles al uso de los campistas. Hay mercadillo Valhelhas el cuarto miércoles de cada mes. http://jf-valhelhas.pt/ y https://es-la.facebook.com/ParqueDeCamp ... iaFluvial/
Este camping está al pié de la carretera se que adentra sinuosamente en las entrañas del Parque Natural donde se encuentran un valle glacial y todos sus tesoros naturales, siendo el destino principal en todo lo alto el pueblo de Manteigas, el cual no voy a describir…
Tanto a Guarda como a cualquier sitio de mis relatos se puede acceder por Autopista o por Carretera Nacional sin peaje. Dato importante a mencionar es que en Guarda hay buenos supermercados abastecidos de cualquier cosa que podamos necesitar, tales como Intermarché, LIDL y Carrefour (allí se llama Continente). El producto estrella de toda esta región es el queso mantecoso de pasta blanda con Denominación de Origen Protegida (DOP) “Serra da Estrela”, muy apreciado, el cual es igual a la “Torta del Casar” extremeña, aunque con algún mínimo matiz.
La propia ciudad de Guarda merece la pena patearse tranquilamente por su casco antiguo con judería, y en particular su Sé Catedral (Sede Episcopal), iniciada su construcción a finales del siglo XIV, de aspecto fortificado, sobria y austera pero elegante. Es de construcción románica, pero con dos pórticos góticos y gótico-manuelino, con un hermosísimo retablo de piedra en relieve en su interior, recientemente restaurado, que llama la atención. Este retablo está considerado como una de las mayores obras de escultura erudita del periodo más tardío del Renacimiento. Tampoco debemos perder la ocasión de subir a su terraza a contemplar la ciudad y el horizonte desde lo alto.
Ni que decir tiene que es imprescindible recabar información en su Oficina de Turismo localizada en la plaza grande donde se encuentra la Sé, ya que os ofrecerán mucha información acorde con los gustos de cada cual, entiéndase; naturaleza, senderismo, monumentos, etc. Para los amantes de la botánica indico que vale la pena darse un paseo por los jardines del antiguo hospital de tuberculosos “Parque de Saude – Hospital Sousa Martins” que hay en los aledaños del casco viejo, cerca del camping y a espaldas de la catedral, y admirar sus árboles centenarios de diferentes especies, destacando las secuoyas gigantes.
Para comer en Guarda sugiero cualquier restaurante de la calle peatonal, Rua Francisco de Passos, que se adentra en el casco antiguo desde la plaza de la catedral, y si me obligáis mencionaré en esta calle los restaurantes “A Floresta” y “Solar da Beira”. En este último el arroz de marisco que ofrecen me pareció un tanto flojo, pero lo demás platos están bien.
Además de explorar la propia Sierra y su Parque Natural en esta vertiente oriental a lo largo de sus elevadas y sinuosas carreterillas, es de obligada visita al menos los pueblos y castillos de Sabugal, Sortelha y Belmonte, y quizás también Manteigas en lo alto de la montaña. Sin embargo en la excursión no merece la pena alargarla hasta la ciudad de Covilhã, que simplemente es famosa por su importante universidad y algunos jardines, pero sin ningún otro interés.
Sabugal es un pequeño pueblo con un Castillo sencillo pero con la peculiaridad de que aquí se produjo un importante milagro para el catolicismo portugués por la cual la Reina Isabel de Portugal (o Isabel de Aragón), esposa del Rey Dinis, fue posteriormente canonizada como santa. Esta reina se ganó las simpatías del pueblo llano y humilde por su carácter piadoso y devoto, y cuenta la leyenda que fue sorprendida un día por su esposo (hombre violento y despiadado) llevando panecillos en su delantal para repartir entre los pobres. Estos panecillos se convirtieron en rosas por lo que el rey desconcertado no se atrevió a reprenderla más como acostumbraba. Esta historia la situamos a finales del siglo XIII. Nuestra Isabel de Aragón está enterrada en el en el Convento de Santa Clara en Coímbra y fue canonizada unos 300 años después de su muerte.
Sortelha ¡Oh, Sortelha! Otro pueblecito amurallado con un castillo románico pequeño pero encantador, asentado sobre castros de las antiguas civilizaciones ibéricas. Su nombre deriva de la configuración del terreno en rocas graníticas que rodean la aldea en forma de anillo (sortija, en castellano), siendo construidas las murallas también en forma circular. Para mí, una joyita. Todo un pueblecito medieval de piedra al que tienes que entrar por un arco de acceso en la muralla. Aquí estaba la antigua vía romano-medieval, por la que pasaban los peregrinos hacia Santiago de Compostela. Merece tomar un respiro en el bar junto al campanario, que está al lado pero independiente de la iglesia.
Es de agradecer que el pueblo, en todo su conjunto, haya respetado su fisionomía y arquitectura medieval. Sortelha, junto con Belmonte, pertenece a lo que se conoce como las 12 “Aldeias Históricas” de Portugal y son célebres sus Fiestas Medievales a finales de septiembre llamadas “Murallas con Historia”, donde se reviven mitos y leyendas propios del siglo XIV. http://www.aldeiashistoricasdeportugal.com/es/
¿Queréis el nombre de un restaurante? En intramuros solo hay 3 ó 4 bares donde tomarse un café o cerveza y quizás un bocadillo. Fuera de la ciudadela, en la carretera hay un restaurante donde comí bien que se llama “O Celta”, pero un poco más adelante hay otros dos, al parecer igual de buenos. Eso ya lo miráis vosotros mismos…
Belmonte ¡Ay, Belmonte…! Este es un pueblo más grande con vida más moderna en sus extramuros, pero con mayor interés medieval por su importancia en la época. Encontraremos un barrio y museo Judío-Sefardí, amén de simpáticas placitas, pequeñas iglesias y capillas en sus calles según vas caminando. Portugal fue un país de acogida donde se refugiaron miles de judíos expulsados por reyes católicos castellanos, trayendo así riqueza allá donde se asentaban debido a que todos ejercían importantes oficios artesanales y profesiones que siempre eran necesarias y reclamadas por la población. Posteriormente en siglos venideros serían también alcanzados y perseguidos por la Inquisición portuguesa, viéndose obligados a “convertirse”, al menos en apariencia o a emprender éxodo a otras tierras. Por tanto, muchos de los exilados del Sefarad reemprendieron nuevamente la diáspora estableciéndose en el norte de Marruecos, en donde aún hoy sigue habiendo judíos sefardíes.
Como es de suponer, en la cumbre del pueblo toparás con el castillo desde el que tendrás unas hermosas vistas del horizonte.
Si vais por la zona a mediados de agosto no os podéis perder la Feria Medieval y el gran ambiente que se vive allí en esos días. Todo el pueblo está decorado en ese ambiente festivo, hasta las papeleras están decoradas. Hay exhibiciones de cetrería, pasacalles, artesanía, gastronomía, pero lo que llama la atención es ver como asan cerdos enteros ensartados en una barra y dando vueltas y vueltas sobre brasas para ir cortando lonchitas a medida que el gorrino se va asando (porco assado no rolete), y así hasta dejarlo en el esqueleto, mientras con ello van rellenando bocadillos para el público que los devora.
El ambiente festivo y de actividad es más bien cuando cae la tarde por el calor de agosto, que es cuando la gente se empieza a acercarse a la fiesta a tomarse las cervecitas y a cenar esas parrilladas a la brasa, por lo que recomiendo que vayáis allí para pasar la tarde-noche cuando estéis relajados y os hayáis dado unos bañitos en aquella playa fluvial de Valhelhas.
Este capítulo acaba aquí, y al contrario de lo que suele ser habitual, no voy a pedir disculpas por “el tocho” ni por extenderme, sino más bien todo lo contrario. Pido disculpas por ser tan escueto y dejar tanto en el tintero. Con esta información, e indagando vosotros mismo en Google, podréis descubrir mucho más. Os ayudará a trazaros viaje y ruta si os decidís conocer las cercanías de Guarda, que dicho sea está a tan solo 45 Km de la frontera y a 375 Km de Madrid.
En el próximo capítulo hablaré de lado opuesto de la Serra de la Estela que será la vertiente occidental.
Lo digo siempre; Portugal es mucho más que Lisboa, Oporto y Algarve. Portugal tiene mucho mundo interior.
Saludos y Suerte
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